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Viñedos de montaña contra incendios

Viñedos de montaña contra incendios

La implementación de viñedos (u otros cultivos leñosos) en regiones montañosas, donde la tendencia en cuanto a masa forestal aumenta progresivamente desde hace años, puede ayudar a la resistencia del territorio frente a grandes incendios forestales. Además, puede suponer una actividad alternativa económicamente viable.

 ARMAND CASADO (IRTA)

Durante los últimos años ha aumentado la frecuencia con la que se implementan viñedos en regiones montañosas. Este hecho responde a diversas casuísticas que afectan con mayor o menor medida en función del contexto de cada una de las personas que inician nuevas plantaciones y su objetivo productivo. La mayoría de las explotaciones (en número, aunque no en superficie) son fruto de iniciativas particulares en fincas familiares que buscan diversificar la producción y/o abrir vías de negocio alternativas, tanto para dedicarse completamente como para hacerlo a tiempo parcial. Otras (las que ocupan la mayoría de superficie cultivada) provienen de empresas del sector que tienen su actividad principal en zonas típicamente vitivinícolas y se realizan con objetivos puramente productivos (aquellas a menor altura) o como prueba piloto para evaluar la producción en regiones más frías (aquellas a mayor altura).

Las iniciativas particulares, aunque también algunas de las empresariales, destacan por su valor dentro del mosaico paisajístico de la región al proporcionar un nuevo elemento que hasta hace poco era prácticamente inexistente o nulo. Adicionalmente, las características del territorio conllevan que generalmente estas plantaciones se ubiquen en zonas con alta presencia forestal y en las que durante las últimas décadas ha aumentado el abandono de parcelas agrícolas. Gracias a ello, los viñedos acaban aportando aún más funcionalidad dentro del mosaico paisajístico dada su capacidad de actuar como cortafuegos naturales. Este hecho se ha podido comprobar en territorios que han sido afectados por incendios forestales y donde los viñedos han actuado de freno de frentes del fuego que asolaba el territorio. Obviamente el viñedo no sale ileso, aunque resiste bastante bien las altas temperaturas, y la producción del mismo año puede verse comprometida por los efectos de las cenizas y otros residuos químicos transportados por el humo que se depositan en las uvas.

Con el fin de evaluar la potencialidad de implementar viñedos en regiones montañosas que puedan contribuir a disminuir la tendencia de abandono de parcelas agrícolas, generar un mosaico paisajístico más resistente frente a los incendios forestales y generar nuevas oportunidades económicas se ha llevado a término un estudio territorial. Éste está conformado por un análisis de adecuación agronómica, una comparativa de estos primeros resultados con el de zonas definidas como prioritarias para la gestión de incendios y un análisis socioeconómico. La zona seleccionada se ubica en el noroeste del Pirineo y Prepirineo catalán. Concretamente, está conformada por las comarcas del Pallars Jussà, la Alta Ribagorça, la Vall d'Aran, el Pallars Sobirà, el Alt Urgell y la Cerdanya.